El arte del Gin Tonic


Of all gin joints in all the towns, in all the world she walks into mine...

     Rick en Casablanca, de Michael Curtiz (1942) 


Las notas musicales, extraviadas, todavía se  aferran a un compás parsimonioso que sacude Sam (Dooley Wilson) del piano. En penumbras, abatido, Rick (Humphrey Bogart) se enreda en hilos de humo y se vierte un vaso tras otro de ginebra. Un sabor tieso, amargo y capaz de hinchar una sequedad en la boca transmitía un estado anímico de un hombre cuyo maredamen se tambaleaba tras perder todas las guerras posibles y arrinconarse en un lugar aparte de la cartografía mundial. Sin duda, si nos atenemos a la citada frase que encabeza esta entrada uno se da cuenta que lo que verdaderamente carcome a Rick es la casualidad, el amargor de reencontrarse a su único amor con otro que sabe a ginebra.

No quisiera profundizar en la historia de este aguardiente surgido -como indican algunos historiadores- durante la segunda mitad del siglo XVI en los Países Bajos, aunque sí indicar que su origen vino propulsado por la búsqueda de un medicamento. De hecho, durante varios siglos era muy popular en la población marítima por su eficacia ante problemas estomacales. Y sí, durante la Revolución Industrial surgió una nueva enfermedad como era el alcoholismo, debido a la tendencia masiva de trabajadores que buscaban en los licores y el alcohol aliviar su malestar anímico causado por el estrés, las ansiedades  y las fobias propias del capitalismo gore. Curiosamente la bebida que acompaña a este aguardiente, la tónica, surgió también como resultado de la búsqueda de un medicamento que, en cierta medida, fue eficaz. Durante la expansión del British Empire, en torno a la segunda mitad del siglo XVIII, la tónica fue un gran remedio para combatir la malaria (es agua con quinina) pero que debido a su amargor, los soldados británicos mezclaban con ginebra. ¿Resultado? El Gin Tonic. 

Sin embargo, los siglos han pasado y este brebaje se ha visto alterado como todos los demás elementos que conviven con nuestra sociedad de masas. Actualmente se podría incluso etiquetar esta bebida como trending topic de la moda y elixir indisoluble en algunas tribus urbanas. Pero si realmente hay algo que me atrajo de esta bebida -que sigo concibiendo como una ilusoria catarsis ante el desajuste del mundo, al más estilo bogartiano- es el desafío de amasar los sabores. Sabido es que el ginebra es bastante agresivo al paladar y que dependiendo del arte de destilar, se puede o no suavizar dicha aspereza. Sin embargo, existen elementos foráneos que pueden incluso darle un oleaje sutil a las papilas calciformes de nuestra lengua. Y he aquí que, junto con unos amigos, hemos descubierto algunas alternativas para que tu Gin Tonic sepa menos amargo que la que sorbía nuestro amigo Humphrey Bogart en su Rick's Cafe Americain


Nivel de dificultad: para miembros del Rat Pack. Si no eres elegante ni bebes por pena, lárgate de aquí, chico (te apunto con la pistola)


Elaboración: 

En el salón podría estar sonando cualquier pieza de Jazz pero para la ocasión se evoca al Rat Pack, ese grupo de rats que eran Fran Sinatra (Frankie para los amigos), Dean Martin y  Sammy Davis Junior. Eran así de conocidos por ser auténticos barcos desguazados por el alcohol y otras sustancias, por estar envueltos en trampas mafiosas y, sin embargo, lucir con esa elegancia enigmática. Quizás eran el mejor expresionismo de la derrota hecha belleza, cantando amores imposibles, desbancadas, anécdotas de la noche urbana de ese imperio americano incapaz de apagarse. Así que suena Chicago en voz de Frankie y simulas a los derrotados con tu mejor traje. Suena el timbre y entran los amigos, los camaradas de bares, los compañeros de facultad en oleajes, siempre buscando sobre sus hombros ese rostro angelical, esa Julie London, Audrey Hepburn o Lauren Bacall que sabrás que no vendrá. Podrías hundir la cabeza y suspirar del Lucky Strike pero te contienes. Mientras, un amigo comienza a hacer de Barman mientras suena I get a kick out of you y te sirve Juicy Summer Gin.

Juicy Summer Gin

Ingredientes: 
  • Gin Tankeray
  • Tónica Schweppes
  • Hielo
  • Rodaja y cáscara de Naranja
  • Granos de enebro
Elaboración: 

"I get no kick from champagne / mere alcohol / doesn't thrill me at all / so tell me /why should it be true", nos canta Frankie mientras mi amigo se sirve el ginebra en una copa -contando 5 segundos- y vierte a continuación unos 3-4 cubitos de hielo. Lo mezcla con una pajita metálica y frota con la rodaja de naranja el borde del vaso. Entonces realiza un twist (es decir, exprime el jugo) Añade unos granos de enebro para matizar el sabor del ginebra y vierte con sumo cuidado la tónica, intentando no hacer explotar las burbujas. 




Mientras Dean Martin suelta sus cuerdas vocales cantando Standing on the corner, otro cofrade se hace un hueco en la jauría y se prepara otro Gin Tonic. Se trata de un Hot Peppermint lips

Hot Peppermint lips

Ingredientes:
  • Gin Bombay
  • Hielo
  • Tónica Schweppes
  • Chile
  • Unas ramitas de romero
Algún anhelo quisiera evocar al rozar sus labios con el borde de la copa, pienso. Y observo cómo llena la copa con hielo y la remueve con elegancia para enfriarla. Seguidamente vierte el ginebra, dejando caer de sus yemas unas ramas de romero, exprimiendo los chiles y espera mientras me habla de algún asunto que he olvidado tras la resaca. Tras dejar de macerarlo un rato vierte la tónica y se lleva la copa a la boca. Entorna los ojos y parece que quiere recordar unos labios perdidos. ¿Fumamos? Le acompaño hasta el balcón del cual se observa una ciudad plomiza, tan sola anunciada por naranjos en flor. 



¿Qué pasará que vuelve otra vez a sonar Frankie? ¡That's why a lady is a tramp! Y esta vez tengo que ser yo quien se prepare un nuevo brebaje. Quizás sea hora de un Pacific Paradise.

Pacific Paradise

Ingredientes:
  • Gin Tankeray
  • Hielo
  • Tónica Schweppes
  • Unas rodajas de Kiwi
  • Unos granos de enebro
Elaboración:

Quizás sea por estar ante un cuadro de Hugo Pratt en el cual el Corto Maltés descansa en una recóndita isla del pacífico o porque antes de que sonara Sammy Davies Jr. con su I'm sorry dear, Frank Sinatra me recordara aquella película, De aquí a la eternidad (en la cual también fue actor bajo la dirección de Fred Zinnemann). El caso es que algo me incentiva a buscar el paraíso perdido de los mares del sur. Así que vierto en la copa unos cubitos de hielo y remuevo la copa para enfriarla. Seguidamente dejo derramar el ginebra en el interior de mi vacío océano pacífico. A posteriori incluyo unas rodajas de kiwi bien peladas y unos granos de enebro para potenciar el sabor de la ginebra. Por último introduzco la tónica con suma cautela y mientras las burbujas chispean, me llevo el mar del sur al paladar. 




Y ya bastantes alcoholizados, nos dejamos caer por los sofás de la estancia mientras un gato busca un sueño en el regazo de algún desconocido. Y sabiendo que otra noche ha sido derrotada festejamos el sueño como el Rat Pack y el Gin Tonic que navega por nuestras arterias...


P.D. Todas las fotos son de mi amigo JOZL, fotógrafo freelance: La tercera foto





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